Vida sexual de las personas con discapacidad intelectual

 En los últimos años, el personal de salud y padres de las personas con discapacidad intelectual han venido reconociendo la expectativa de una vida sexual para éstas últimas. Estas expectativas, que en gran medida dependen de factores personales y socioculturales, como el grado de discapacidad, merecen apoyarse a fin de que las personas con discapacidad intelectual alcancen la mejor calidad de vida posible. Algunos años atrás, el debate fundamental (sobre todo en los países del primer mundo) era la esterilización o no de las mujeres con retraso mental. En ese momento se planteaba, también, si las personas con discapacidad intelectual ¨tenían¨ sexualidad, o mejor dicho, si tenían derecho a vivirla. Hoy, sabemos que la viven. La pregunta actual que nos hacemos los médicos, cuidadores, docentes y padres es cómo ayudar a estas personas a vivir su sexualidad sanamente.

El primer punto a considerar es qué expectativas tiene la persona con respecto a la sexualidad. Esta expectativa varía considerablemente en función del nivel de retraso; cuanto más leve sea el retraso, y más integrada esté  esta persona a la comunidad, mayor será el deseo de esa persona de tener una relación romántica. Estudios realizados en los países desarrollados muestran que la actividad sexual de mujeres con discapacidad leve es similar a la de las mujeres sin discapacidad con igual edad cognitiva. En la práctica, debemos explorar qué expectativa tiene cada persona en particular, que significa para esa persona una relación afectiva y una relación sexual consentida, para poder conocer cuales son las necesidades específicas de esta persona, y para poder prevenir el gran temor de todo padre de una persona discapacitada: el abuso.

En general, las necesidades a cubrir en las personas con discapacidad son:

·         Higiene y cuidados ginecológicos: Las mujeres con discapacidad suelen tener problemas con el manejo de la menstruación, sobre todo aquellas con discapacidad moderada o severa, en quienes además se asocian trastornos motores. En estas mujeres se usan distintas estrategias, desde diversos fármacos para disminuir el flujo menstrual, a terapia conductista, o una asociación de ambas, con buenos resultados. El tratamiento quirúrgico se reserva para aquellos escasos casos que no responden a los tratamientos médicos/psicoterapéuticos.
Otro problema frecuente en estas personas es el síndrome premenstrual, que a veces se asocia con aumento de las convulsiones o de los trastornos de conducta.
Las pacientes con retraso mental no suelen tener per se problemas ginecológicos (salvo algunos síndromes genéticos), pero la consulta ginecológica debe adaptarse a ellas, como por ejemplo, adoptar posiciones especiales para el examen cuando existen alteraciones ortopédicas, o realizar premedicación y/o psicoprofilaxis cuando la paciente tiene miedos o trastornos de conducta.

·         Prevención de abuso y educación sexual: Estadísticas norteamericanas muestran que un niño con retraso tiene más del doble de posibilidades de ser abusado que un niño sin retraso, y que entre el 70 y el 83% de las mujeres con retraso será victima de abuso sexual en algún momento de su vida. Este riesgo aumentado se debe a varios factores: 1) estas personas dependen de otras para su cuidado íntimo, 2) están expuestos a varios cuidadores, 3) a que tienen pocas habilidades sociales y por su mismo retraso pueden no juzgar una situación como inapropiada, 4) no saben o no pueden defenderse o buscar ayuda., 5) muchas veces fueron criados para tener un carácter sumiso. El miedo al abuso hace que muchos padres eviten la educación sexual de sus hijos y les impidan tener contactos sociales no supervisados. Sin embargo, la ausencia de educación sexual implica es nociva: la gente con mayor riesgo de explotación es la que se encuentra aislada, protegida de lo que sucede a su alrededor. El mejor medio de ayudar a que una persona con retraso evite la explotación es educándola. (ver apartado de educación sexual).




·         Prevención de infecciones de transmisión sexual. Las personas con discapacidad intelectual están más expuestas a las ITS por diversos motivos porque:
tienen mayor riesgo de abuso;
suelen ser víctimas del mito de la ¨curación a través de las vírgenes¨ (la creencia de que, al tener relaciones con una virgen, la infección pasa a esta persona y ¨cura¨ al que estaba infectado), asumiendo que la mujer con deficiencia mental es virgen;
suelen tener escaso o nulo conocimiento acerca de la prevención de ITS;
suelen involucrarse en relaciones ocasionales, dado que socialmente está mal visto casarse con personas con discapacidad intelectual, aunque esta sea leve;
si tienen trastornos conductuales, con agresión hacia sí mismos o hacia terceros, tienen mayor riesgo de adquirir VIH y/o hepatitis B por vía sanguínea

·         Prevención de embarazos no deseados: Si hay un tema que genera muchísima polémica, es la posibilidad e implicancias de que una persona con discapacidad intelectual tenga hijos. No es mi intención discutirlo en este apartado, y tampoco podría: libros se han escrito y escriben sobre el tema. Sí se pueden subrayar algunos datos:
-          salvo en pacientes que tienen algún síndrome genético que afecte la fertilidad (síndrome de Down, síndrome de Prader-Willi, etc), la discapacidad intelectual no implica una disminución en la misma;
-           la discapacidad intelectual no la heredarán los hijos,  a menos que se trate de un trastorno genético;
-          los datos sobre anticoncepción en mujeres con discapacidad intelectual reflejan la práctica de tal o cual clínica, NO la conveniencia de tal o cual método de anticoncepción. En muchos casos, la elección del método no tiene ninguna correlación con factores médicos, como edad, presencia de convulsiones, sobrepeso, medicamentos que consume la paciente, etc.
-          El manejo de la anticoncepción es un acto médico con una paciente que tiene la posibilidad de tener relaciones sexuales consentidas. Esto genera, a su vez, muchas preguntas: ¿Cuáles son las indicaciones, interacciones y contraindicaciones de los distintos métodos? ¿Cuál es el sentido de realizar una ligadura tubaria en mujeres con discapacidad cognitiva y motora profunda, si esta mujer no va a tener relaciones con consentimiento? ¿Por qué no usar anticonceptivos orales si la paciente, que tiene una discapacidad, toma habitualmente otra(s) medicacion(es), ya que algún cuidador se la da o porque ha aprendido a tomarla?

Ayudar al crecimiento global de la persona con discapacidad implica trabajar con su sexualidad. Se deben evaluar las expectativas, posibilidades y necesidades de cada paciente en forma multidisciplinaria. Toda persona merece alcanzar su potencial.


 Dra. Maria Edith Martín


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